jueves, 24 de febrero de 2011

La Madrina Salinas. El parto en la Edad Media

El parto era un momento extremadamente peligroso para las mujeres en la Edad Media. La muerte acechaba y en muchos casos el fallecimiento de la madre coincidía con el nacimiento del hijo. Se trataba de una muerte aceptada para la sociedad de la época, cuya amenaza estaba indisolublemente unida al parto. Se rezaban oraciones para que la mujer no muriera, se colocaban reliquias sobre el vientre para que la protegieran y se apelaba a la intercesión de los santos para salir con bien del trance.
El alumbramiento se llevaba a cabo en un entorno femenino. En la Edad Media Ginecología y Obstetricia eran dos campos del saber eminentemente femeninos, incluso profesionalizados en muchos casos. Una de esas matronas profesionales se llamaba Catalina Cutanda, conocida como la Madrina Salinas y vivió en Zaragoza en el siglo XV.
María  del Carmen García Herrero ha dedicado buena parte de su carrera investigadora a estudiar a las mujeres de la Zaragoza bajomedieval. Gracias a ella conocemos la historia que vamos a contar a continuación.
Las mujeres que se dedicaban a ayudar a dar luz no recibían una formación oficial, pero estaban bien preparadas. El oficio se aprendía, como otros trabajos artesanales, por medio de la observación, la repetición y la adquisición de responsabilidades cada vez mayores. La consideración de experta, a la que se llegaba tras el proceso, era una de las principales características que debía tener una comadrona. Otra característica que debía poseer era el ingenio, para resolver situaciones complicadas y por último, ser “moderada”, tener buenas costumbres. Una buena comadrona demostraba que lo era cuando: cortaba el cordón umbilical, lavaba y limpiaba al niño, cuando “abría los orificios al recién nacido, a saber los ojos, la nariz, las orejas y el culo”, curaba el ombligo, elegía a la nodriza y el lugar donde se debía criar el niño.

Catalina Cutanda reunía todas estas características y por eso era una persona bien conocida y prestigiosa en la ciudad. Era la partera más experimentada y a ella acudían personas de la nobleza. Se quedó viuda en algún momento entre 1476 y 1487. Realizaba su trabajo acompañada de discípulas que aprendían el oficio.
Como ejemplo de la labor de Catalina vamos a relatar el caso de Isabel de la Caballería, que dio a luz en 1488. Isabel pertenecía a una de las familias más poderosas de la época y se quedó viuda durante su embarazo. Para preservar los derechos de su hijo, mandó redactar una carta de parto, un documento notarial que certificara que el hijo que había nacido era legítimo heredero de su padre fallecido.
Este documento de los pocos que se conocen, por ahora, de este tipo, además del interés en sí mismo nos ofrece una descripción completa del parto de Isabel.
Al inicio del documento nos encontramos a Isabel paseando por la habitación, para lo cual necesita ya la ayuda de dos mujeres que la sujetan por las axilas y ella se mueve con dificultad “doloreandose de los dolores del prenyado que tenía, disponiendose y queriendo parir”. El notario examinó el cuerpo de Isabel y el de las parteras, el lecho, incluso debajo de la cama con el fin de poder dejar testimonio público de que no había ningún bebé escondido con el que se pretendiera llevar a cabo ningún engaño. Las propias parteras juraron sobre la cruz y los evangelios que llevaría a cabo su trabajo sin fraude.
Isabel tuvo que parir inclinada, recostada sobre el señor de Argavieso, su procurador, que la sostenía entre sus brazos. La dificultad del parto se pone de manifiesto también en el número creciente de candelas bendecidas que iban iluminando la habitación con el fin de proteger a Isabel. Se trató de un parto distócico que puso a prueba la habilidad de la Madrina Salinas para salvar a madre e hijo. Sobre el vientre de Isabel algunas reliquias, a sus pies, en un escabel, Catalina que con sus manos impregnadas en aceite de almendras templado con aceite de azucenas, ayudaba al niño a venir al mundo. Sobre sus rodillas tenía una terna extendida para recibirlo. Finalmente, tras muchos esfuerzos nació un niño. Entonces se acercaron los testigos para observar cómo madre e hijo estaban unidos por el cordón umbilical. Tras ayudar a la madre a expulsar la placenta, se examinó de nuevo al niño y públicamente se comunicó el nacimiento de un hijo varón. A continuación la madrina Salinas cortó el cordón umbilical.
La carta de parto se emite a petición de la madre. En el caso de Isabel se enfatiza que es ella quien llama insistentemente al notario y los testigos cuando el momento del parto se acerca. El propósito no era otro que poner de manifiesto públicamente la legitimidad de su hijo de manera que nadie pueda cuestionar que se valiera de hijos ajenos para mantener sus derechos ni se pusieran en duda los derechos hereditarios del niño.
La legitimidad era la clave para poder gozar de todos los derechos y del patrimonio familiar y por tanto Isabel ante el peligro de fallecer en el parto también ella, quiso que su hijo, pasara lo que pasara, no quedara desprotegido.

El documento completo se puede ver en: María del Carmen García Herrero, Del nacer y el vivir. Fragmentos para una historia de la vida en la baja Edad Media. Zaragoza, 2005.

domingo, 20 de febrero de 2011

Un historiador tras el biombo

Alberto Baena Zapatero en Lisboa
El estudio de la circulación de ideas, objetos y personas es un tema muy en boga en la historiografía actual. El argumento ha dado para multitud de estudios pero hay pocos tan originales como el que Alberto Baena Zapatero (Madrid, 1978) lleva a cabo sobre los biombos novohispanos. Investigador en el Centro de História de Além-Mar (CHAM) de la Universidade Nova de Lisboa desde hace un año, la suya es una apuesta innovadora que, partiendo de la cultura material, pretende aplicar la Connecting History al Imperio español, dentro y fuera de sus límites. De Nagasaki o Cantón al México Colonial y la Península Ibérica pasando por Manila, con todo lo que un periplo del género  conlleva. 


En La Historioteca (ELH): ¿Cómo comenzó a interesarse por los biombos?
Alberto Baena Zapatero (ABZ): La mayor parte de mi vida investigadora la he dedicado a los estudios de género en la Nueva España y a la identidad criolla. Ese fue mi tema de tesis pero mientras investigaba y buscaba ejemplos iconográficos sobre los personajes que estudiaba me topé con los biombos. Poco a poco fui comprendiendo que ahí había un filón inexplorado desde el que se podía tratar el tema de la construcción de identidades o el de la circulación de ideas, objetos y personas
ELH: Para un público no especializado el biombo no es un objeto que en principio pueda transmitir mucha información, ¿qué hay en los biombos que le permita estudiar las identidades o la circulación de ideas?
Encuentro de Cortés con Moctezuma. Fundación BANAMEX
ABZ: Es cierto, la gente piensa en el biombo actual y es fácil que nunca se haya parado a pensar que en otro tiempo fueron parte de la publicística. El biombo es un elemento que surge en China como simple separador de espacios en las viviendas pero cuando llega a México su uso primitivo se transforma. En la Nueva España son conocidos con el nombre de rodaestrados. Es decir, se colocan alrededor del estrado, donde las autoridades recibían en las audiencias. Imagínese al virrey sentado en la sala principal de su palacio y tras él un enorme biombo o rodaestrado con doce o catorce hojas en la que, por ejemplo, se escenifica la conquista de México. Quien veía el biombo recibía mensajes políticos directos; el propietario buscaba en él una forma de transmitir su ideario.
ELH: ¿Qué mensaje hay detrás de un rodaestrado que representa la conquista de México?
ABZ: Verá, ese biombo del que le he hablado tiene dos escenas: por un lado, la conquista y por otro una panorámica de la ciudad en la que se reflejan cada una de las iglesias erigidas en la urbe. La nobleza novohispana es una élite que no debe tanto su condición a la sangre como a los servicios a la Monarquía. Ese biombo es una forma de legitimar su papel. Ellos dicen: "nosotros encontramos una ciudad que vivía en el pecado, acabamos con ella y levantamos una ciudad digna de Dios (y de la Monarquía católica). Una ciudad tan cristiana como cualquier otra en Europa si no más devota".
ELH: ¿Esa es una información que se queda en México o que puede llegar a Europa?
ABZ: Es fácil que llegue a Europa y le explico el porqué. En la vida de un biombo hay varias etapas. Muchos se construyen en Extremo Oriente pero con temáticas novohispanas, por encargo, y aquel que hace el encargo, tras su época como funcionario en América, a menudo regresa a España y lo hace con el biombo, que será conocido por las élites peninsulares.
ELH: Ese parece un itinerario clásico: Galeón de Manila, México y más tarde España, ¿ha encontrado también algún tipo de información que rompa esquemas, que desmonte tópicos asumidos por la historiografía?
ABZ: Quizás esas sean palabras mayores pero hay casos curiosos. En el inventario de bienes de un gobernador de Filipinas localicé once biombos japoneses en un periodo en el que el comercio con Japón estaba prohibido, lo cual invita a reflexionar sobre el valor de la documentación en oficial en los estudios históricos. Una cosa es lo que se escribe sobre el papel y otra la realidad. Este es un caso pero auguro que debe de haber muchos como este. Es cuestión de tiempo.

viernes, 18 de febrero de 2011

Encuesta

Una vez finalizado el tiempo de votación de la primera encuesta, los resultados muestran que la opinión que tienen sobre la divulgación histórica no es muy buena. Por eso, esta semana queremos saber más acerca de esto y le preguntamos qué es lo que menos le gusta.
Cuando hablamos de divulgación lo hacemos en términos amplios es decir: novelas, documentales, películas, series, revistas...
Se puede votar más de una opción.
Esperamos sus respuestas.
¡A votar!

martes, 15 de febrero de 2011

Revuelta en Egipto

Hemos asistido estos días a la revuelta popular en Egipto que ha desembocado en la caída de Mubarak. El mundo mira con atención lo que allí ocurre porque este país ha sido a lo largo de la historia un referente no sólo para el mundo musulmán, sino también para los países del Tercer Mundo o en vías de desarrollo y se trata de predecir cuáles serán las consecuencias que la revuelta egipcia provocará en otros países.
En el post anterior hablábamos de la globalización y de cómo a menudo se olvida la contribución que los diferentes territorios no occidentales hicieron en su desarrollo y precisamente esa marginación en el proceso de modernización explica en buena medida la situación actual del Tercer Mundo y la tensión entre oriente y occidente. Veamos a qué me refiero.
Siguiendo a Amin Maalouf (del que ya hablamos anteriormente) hay un hecho decisivo en la historia de la humanidad que transformó las relaciones internacionales para siempre: el surgimiento de Occidente. A lo largo de los últimos siglos éste ha sido un hecho sin precedentes ya que se ha convertido tanto en el plano material como en el intelectual en la civilización de referencia para el mundo entero. Todas las demás han sido marginadas, reducidas a la condición de culturas periféricas, amenazadas con la desaparición.
No importan ahora las razones por las que este surgimiento se produjo (si a alguien le interesa el tema lo podremos abordar en otro post). Lo que importa es que entre los siglos XVI y XVIII el predominio de occidente se hizo irreversible: “su ciencia se convirtió en la ciencia, su medicina en la medicina, su filosofía en la filosofía y desde entonces el movimiento de concentración y estandarización no se ha detenido”.
Es cierto que en el pasado hubo momentos en que una civilización parecía cobrar ventaja sobre las demás, no hablo de países sino de civilización en un término más amplio, pero nunca hasta llegar al punto de lo que ocurrió con occidente, porque en el momento en que occidente despegó el resto empezó su declive de un modo que puede parecer irreversible.
“Un comienzo de respuesta a este fenómeno es que en ese momento la humanidad estaba madura para la eclosión de una civilización mundial. De modo que hoy occidente está en todas partes. Desde hace quinientos años, todo lo que influye de un modo duradero en las ideas de los hombres, en su salud, su paisaje o su vida cotidiana es obra de occidente: el capitalismo, el comunismo, el fascismo, el psicoanálisis, la ecología, la electricidad, el avión, el automóvil, la bomba atómica, el teléfono, la televisión, la informática…
Para los habitantes de cualquier zona del planeta, toda modernización significa occidentalización. Esta realidad no la viven del mismo modo los que han nacido dentro de la civilización dominante que los que han nacido fuera. Para ellos, aún cuando el proceso haya provocado entusiasmo, el proceso no se ha desarrollado nunca sin cierta amargura, sin un sentimiento de humillación y negación.”
¿Ha contribuido occidente a que así sea? Veamos el ejemplo de Egipto.
Ya a finales del siglo XVIII el mundo musulmán mediterráneo empezó a tomar conciencia de la distancia creciente que lo separaba de occidente. Un hito en el proceso de toma de conciencia fueron las campañas de Napoleón, tras la que muchas personas se preguntaron por qué del retraso acumulado y de qué manera podía solventarse.

El virrey de Egipto, Muhammad Alí, tenía claro que la única manera de acercarse a Europa era imitarla. Comenzó un ambicioso plan de reformas que llegó muy lejos. Llevó a Egipto médicos, filósofos, técnicos europeos con el fin de incorporar sus conocimientos a su país. En pocos años Egipto era una potencia regional respetada y admirada incluso desde Europa que empezó a verlo como un peligro. Las potencias europeas se coaligaron para frenar su ascenso y mandaron incluso una expedición militar común. Detrás de estas decisiones hubo razones geopolíticas que hacían que, por ejemplo, a Inglaterra les interesase más un territorio débil en su camino a la India que un país fuerte y moderno.
“Una de las conclusiones que los países árabes extrajeron del episodio fue que occidente no quiere que los demás se le parezcan; quiere sólo que le obedezcan”.
Quedó muy claro para ellos que la modernización era una necesidad, que por ser urgente no les permitía abordar el proceso con la serenidad y el tiempo, siglos, que le había llevado a occidente y además, al mismo tiempo, sentían que debían defenderse de ese occidente en plena expansión y a menudo prepotente.
Ante esta situación, la respuesta que los países musulmanes mediterráneos adoptaron no fue el radicalismo religioso sino el nacionalismo. En nombre de la patria se alcanzó la independencia y se gobernó en esos países durante muchos años. Uno de estos gobernantes, el más importante, fue egipcio, era Nasser. Nasser se convirtió en un símbolo para toda una generación no sólo en Egipto sino en todo el mundo musulmán. Era además abiertamente antiislamista. Cuando trataron de asesinarlo él mandó ejecutar a varios cabecillas.
Fue cuando dirigentes nacionalistas como Nasser se encontraron en una vía sin salida, por sus fracasos militares, por la incapacidad de resolver los problemas derivados del subdesarrollo, por la poca colaboración de occidente, cuando una parte de la población volvió su vista a los discursos de radicalismo religioso y en algunos de ellos llegaron al poder.
Lo que está pasando estos días en Egipto, coloca de nuevo a este país en la mira de sus vecinos que esperan expectantes ver qué ocurre, qué sucede, cómo reacciona occidente. De nuevo Egipto intenta apostar por la modernización, pidiendo democracia. Veremos cómo se sale de este momento histórico que marcará el futuro de otros países musulmanes.

jueves, 10 de febrero de 2011

Encuesta

Inauguramos una nueva sección del blog: encuestas.
Con esta propuesta pretendemos sondear la opinión que les merecen los temas que tratamos en este blog: la divulgación histórica, la investigación, las novelas, películas o series de temática histórica, etc.
Comenzamos con una pregunta muy general. ¿Qué opina de la divulgación histórica que se hace en la actualidad?
A partir de aquí y de los resultados iremos descendiendo a cuestiones más concretas que nos ayuden también a conocer qué aspectos pueden resultarles más interesantes y abordarlos en el blog.
Esperamos su participación.
Gracias
¡A votar!

Historia nacional, historia global

Catedral de Goa, construida bajo la dominación portuguesa
Ayer comí con un colega brasileño aquí en Lisboa. Es del estado de Ceará, en el nordeste del país, y estudia la organización militar portuguesa en esa zona durante el siglo XVIII. Es muy típico que la gente de una determinada área geográfica haga historia sobre ella y que, en ocasiones, abandone un marco más amplio en el que el proceso histórico que estudia se desarrolla. No es el caso de este doctorando, que nada más atacar el caldo verde portugués, me empezó a hablar de la navegación y las conquistas portuguesas en el Índico. A mí, en un primer momento, casi se me atraganta la sopa porque -aparte de este blog- no suelo hablar de historia y cuestiones relacionadas con el trabajo en mis ratos libres (por aquello de desconectar...). Pero reconozco que a medida que fluían palabras de su boca me comenzó a interesar su discurso y acabamos enfrascados en una interesante discusión. Él sostenía que lo que se había venido en llamar Imperio portugués era evidentemente fruto de la pericia de los portugueses, de sus empresas y sus viajes, pero que la construcción de tan vasto ente político no era patrimonio exclusivo de este pequeño país. Fueron los mozambiqueños, me dijo, quienes pelearon en Goa y quienes navegaban el barco piloto que guiaba a la flota hasta la India porque los portugueses no conocían ese mar; fueron los indios de Ceará quienes derrotaron a los indios de Ceará en el nordeste brasileño y anexionaron esas regiones al imperio; fueron de los árabes de quienes los portugueses copiaron la idea de embarcar la artillería en los navíos y emplearla en el mar. Y sabes qué, concluyó, el éxito del imperio portugués se basó en su capacidad para adaptarse a cada situación y en el mestizaje: con dinero, hasta el negro más negro de Bahía podía ser considerado blanco, y los indios y los mulatos acabaron por integrarse en este esquema.


Yo recordé inmediatamente la famosa conquista de México de Hernán Cortés y cómo el de Medellín se había apoyado en los tlaxcaltecas para sitiar y tomar Tenochtitlan. Pero enseguida mis pensamientos se fueron a otra parte: en el siglo XX y en esta primera década del siglo XXI Occidente se ha empeñado en difundir valores democráticos hasta el más recóndito rincón del planeta, a menudo mediante imposiciones  y métodos poco democráticos -pero no me detendré en este aspecto-, y ha considerado que ha ejercido en sus colonias, primero, y en los estados que se constituyeron independientes, después, un papel de guía hacia la puesta en práctica de un ideario basado en el respeto a las libertades fundamentales del individuo y a los Derechos del Hombre. Ese camino, si nos miramos a nosotros mismos, parece evidente pero cabría preguntarse si no sería necesario recorrerlo en sentido contrario: los contactos de los europeos con otros pueblos, aparte de desembocar en guerras, condujeron a un diálogo con el otro y, tras la descolonización, en un necesario entendimiento; las diferencias culturales contribuyeron a aceptar la diversidad en las sociedades de las metrópolis; e incluso aspectos más mundanos como la gastronomía o la moda, que creemos nuestros, se vieron afectados y modificados por una fuerza que venía desde fuera. 


Las historias que antes se creyeron nacionales, no lo son más -o al menos, no pueden ser entendidas sin ser encuadradas en un contexto- y no porque ahora se haya puesto de moda la globalización sino porque antes de que se acuñase ese término los procesos históricos ya estaban envueltos en ella.

jueves, 3 de febrero de 2011

Hoy vengo a hablar de mi libro

Pues sí, hoy dedico la entrada del blog a hablar de mi libro. Se titula Misticismo y conspiración: Sor María de Ágreda en el reinado de Felipe IV y es la versión revisada de mi tesis doctoral, que ha publicado la Institución Fernando el Católico.



Es la primera monografía que publico y aún se me hace un poco extraño ver mi nombre en la portada de un libro, pero es una sensación agradable, sobre todo al pensar en el esfuerzo que llevó primero, escribir la tesis y luego reescribirla para el libro.

Para los que no sepan nada de Sor María de Ágreda diré que fue una monja española del siglo XVII que mantuvo correspondencia durante 22 años con Felipe IV, que supuestamente se bilocaba (es decir, estaba en dos sitios a la vez) y mientras su cuerpo estaba en el convento de Ágreda, estaba también catequizando indígenas en América y además escribió una biografía de la Virgen María titulada La Mística Ciudad de Dios.
Yo me dediqué a revisar la imagen que se había construido de ella, intentando acercarme a la realidad del personaje y no quedarme en el mito. En la contraportada del libro lo resumo así:

La correspondencia con Felipe IV, la Mística Ciudad de Dios y la bilocación en América son los tres pilares en los que se basa la imagen que de Sor María de Ágreda ha llegado a nuestros días. Esta imagen, sin embargo, no muestra la verdadera complejidad del personaje, ya que corresponde, en buena medida, a un modelo elaborado, fundamentalmente por parte de su orden, y cuyo proceso de construcción se analiza en este libro. A través de sus páginas se ofrece una nueva y reveladora imagen de Sor María de Ágreda en la que el lector podrá ir descubriendo facetas y episodios de su vida hasta ahora poco o nada conocidos que le permitirán tener una visión más completa de quién fue en realidad la religiosa agredana. Además, de la mano de Sor María y su entorno se obtendrá una panorámica íntegra del reinado de Felipe IV, desde la vida cotidiana en la pequeña villa castellana hasta la alta política de la Corte, pasando por conspiraciones, guerras y episodios sobrenaturales. 
Y es que en la Corte, efectivamente, pasaba de todo y todos intentaban sacar provecho y ganar influencia ante el monarca, así que entre órdenes religiosas que intentaban tener más "santos" que las demás, nobles, confesores y cortesanos las intrigas y las conspiraciones estaban a la orden del día.
En fin, que ya está aquí, publicado, mi libro.